EL LADRON DE ROSAS
A los que tenéis el pergamino que repartí en Sant Jordi en el Stand cuando vendía mis libros tenéis el cuento resumido. Para todos los lectores os dejo el cuento completo. |
En este mundo que nos ha tocado vivir, siempre hay personas que necesitan destacar en sus trabajos, llamar la atención para que todos los demás sepan lo que hacen y colgarse medallas. Sin embargo, no todos son así, son muchísimas las personas que trabajan de una forma anónima, no sienten la necesidad de pavonearse ni que les den condecoraciones por lo que saben hacer.
Este era el caso de un grupo de mujeres, que por circunstancias de la vida, unas por huir del mundanal ruido, otras por escapar de problemas que las superaban, por situaciones que se les hacían insoportables, eligieron vivir en un lugar remoto y sobrevivir a base de su esfuerzo diario, comenzaron este tipo de vida con lo más básico, pero a medida que fue pasando el tiempo, pudieron dedicarse a lo que realmente les interesaba, la mayoría de ellas compartía una afición, no era otra sino el cultivo de las rosas y podéis estar seguros que lo consiguieron, llegaron a tener tantas y tan hermosas que optaron por venderlas en los mercados de los lugares mas próximos a donde se encontraban, esto se convirtió en una buena fuente de ingresos para ellas, iban y venían sin ser vistas, había un misterio que las protegía del mundo exterior, cuando se aproximaban a su lugar de origen.
Rondaba por aquellos lugares un tal Marcial, un fichaje de mucho cuidado, ladrón de profesión, estafador y pendenciero, cualquier cosa que no fuera trabajar, a él le iba bien, no es que la gente le temiera, pero si él estaba cerca, los demás procuraban alejarse. Uno de sus lugares favoritos donde se solía parar para agenciarse lo que no era suyo, sin llamar mucho la atención era este, hablamos de un mercado, era el lugar perfecto para pasar inadvertido, paseando llego a ver y hasta admirar las rosas que vendía una mujer, al principio no le dio mucha importancia, pero después de cavilar un poco, vio que aquello podía reportarle muy buenos beneficios, sobretodo si se enteraba quien era aquella señora y si el lugar de donde provenía se podía robar con facilidad.
Merodeo por el mercado toda la mañana y cuando la buena mujer recogió sus cosas en un cesto, y satisfecha porque había vendido todas sus rosas se disponía a irse, el malvado personaje pensó que sería muy fácil quitarle el dinero y saber donde vivía, al fin y al cabo tan solo era una pobre mujer. Con lo que no contaba Marcial es que al poco de comenzar a caminar se unieron a ella otras dos mujeres y las tres entre charlas y risas se contaron todas las incidencias de la mañana en el mercado.
Esta pequeña contrariedad no desanimó al delincuente, cambio sus planes, con discreción siguió a las mujeres hasta llegar al bosque, Marcial guardaba las distancias para que no le sorprendieran, pero a medio bosque se vio envuelto en una neblina y perdió de vista a las mujeres.
-¡Maldición! Bramo muy enfadado el villano, ¿se puede saber por donde se me han escapado esas malditas mujeres?
Por más que las busco, no consiguió dar con ellas y se volvió malhumorado al pueblo de donde había salido, busco un establo para pasar la noche, pero aquella mente malvada lejos de olvidarse del contratiempo sufrido, sintió mas ganas de vengarse de ellas, pensaba quitarles las rosas y luego matarlas a todas.
-¡Nadie en su sano juicio se ríe de mi y vive para contarlo!
Con ese razonamiento logro calmar un poco su ira y consiguió dormir hasta la mañana siguiente. Pero por la mañana siguió dándole vueltas a su cabeza para tramar un plan y hacerse con lo que consideraba que ya era suyo, mientras bebía unos vasos de vino en una taberna.
Tuvo que esperar unos días hasta que volvió a ver a las mujeres en el mercado, al verlas se animó, en la entrada del mercado vio un mendigo y con una amabilidad inusual en él, lo invito a tomar un poco de pan y un vaso de vino, el pobre mendigo acepto encantado y cuando pasaron por un callejón, Marcial lo golpeo fuertemente en la cabeza, el mendigo cayo al suelo inconsciente y ese fue el momento que aprovecho Marcial para quitarle los harapos que llevaba puestos el mendigo, lo dejo allí tirado medio muerto y él se fue rápidamente una vez que se los hubo puesto.
Improvisaba sobre la marcha un plan para hacerse con las rosas de una vez por todas, en el atadillo que le quito al mendigo vio que tenía un paquete de sal y dos o tres objetos sin valor que no eran importantes para él, pero el paquete de sal le acababa de dar una muy buena idea y soltó una tremenda risotada que a los que la escucharon les dejo la sangre helada.
Marcial vestido de pordiosero, con una bolsa a las espaldas se acerco a una de aquellas mujeres que vendían sus preciosas rosas en el mercado.
-Mujer-, le dijo el muy ladino con cara de pena, no tengo dinero para comprar una sola de tus preciosas rosas, pero si tu quieres te la puedo cambiar por una bolsita de sal que me dieron ayer unos buenos samaritanos, a cambio de unas plantas medicinales que recogí en el bosque. Laura que así se llamaba la mujer, se quedo pensativa, le dio pena y decidió regalársela, pero el hombre insistió en cambiársela por la bolsa de sal, le dijo que era pobre pero no aceptaba que le regalaran nada, si le daban algo, él debía entregar también alguna cosa a cambio. Para no ofenderlo, la mujer acepto la bolsa de sal y a cambio, le entrego una hermosa rosa de color rojo intenso.
Marcial le hizo una reverencia en señal de agradecimiento por el cambio y se dio media vuelta, en su siniestra cara se reflejaba una sonrisa malévola y traicionera. Espero pacientemente a que la venta del mercado se acabara y las mujeres como cada día recogieron sus cosas y sus ganancias y se encaminaron hacia su casa, después de una jornada dura, lo que mas deseaban era llegar, comer algo e irse a la cama. La bolsa de sal que estaba preparada con un pequeño agujero en el fondo, se debería abrir con el movimiento de la mujer, cuando ellas salieran del pueblo y así ocurrió realmente, Laura comenzó a dejar un pequeño rastro tras de ella sin percatarse de que estaba poniendo en peligro su vida y la de sus buenas amigas.
El mendigo que ya sabía que al adentrarse en el bosque, una leve neblina protegería a las mujeres, no se molesto en perseguirlas, espero y cuando todo recobro la normalidad, solo tuvo que seguir el rastro de sal para llegar sin problemas a las proximidades de la casa, por fin había conseguido dar con el lugar donde se cultivaban aquellas maravillosas rosas, en ese momento se sintió el hombre mas poderoso, había conseguido localizarlas, ese era parte de su objetivo, el resto lo harían las mujeres para él, las haría trabajar sin descanso para que sus rosas fueran las mejores y únicas en el mundo entero y él sería muy, pero que muy rico.
Una vez descubierto el escondite de las mujeres, el perverso personaje no perdió el tiempo, a la mañana siguiente Marcial tenía que ir a buscar un buen aliado que le ayudaba en sus muchas fechorías, solían entrar y salir volando, eso hacía que el trabajo de la justicia fuera muy difícil y no consiguieran pillarlo, en una cueva recóndita, tenía escondido un dragón al que utilizaba a su antojo, no es que el pobre dragón fuera malvado como su amo, simplemente era que, este había conseguido gracias a un gran collar que le colocaba alrededor del cuello y recubierto de unas hierbas muy fuertes, anular su voluntad, el dragón hacía todo lo que su amo le pedía sin oponer la menor resistencia.
Cuando los dos se encontraron fuera de la cueva y el villano estuvo colocado sobre el lomo del animal, este le propino un enorme latigazo para demostrarle quien mandaba, usaba el látigo con bastante frecuencia para obligar al dragón a volar lo más rápido posible.
Solía hacerlo volar lejos de las poblaciones para no ser vistos, la sorpresa era una de sus mejores tácticas de combate, así que llego a las montañas donde vivían las mujeres de improviso, obligo al dragón a lanzar llamaradas de fuego y en unos instantes la mayor parte de los alrededores de la casa de las mujeres ardía, los gritos y el miedo se apoderaron del lugar, todas intentaban apagar el fuego que había por todas partes, ese momento fue perfecto para Marcial, que aprovechando el caos reinante, no tuvo ningún problema para registrarlo todo hasta que dio con las semillas y el plantel de aquellas preciadas rosas.
Ni que decir tiene que no solo se conformo con adueñarse de los rosales, ya que estaba allí cogió todo lo de valor que se encontró a su paso, se lo cargo todo en un enorme saco y cargándolo a sus espaldas se fue en busca del dragón, el lugar estaba todo envuelto en llamas que se aproximaban peligrosamente al dragón, con la mala suerte que una de aquellas llamaradas se aproximo tanto al cuello del animal, que el collar resulto dañado, pero el ladrón no se dio ni cuenta, todo su afán fue subirse al dragón para salir de aquel lugar lo mas rápido posible antes de que el fuego acabara con ellos.
Cuando el dragón comenzó a elevarse, el collar que se iba deshaciendo termino por caerse y en pocos minutos el dragón se vio libre de su opresión, en ese instante Marcial le propino al dragón otro de sus famosos latigazos para que volara rápido, pero el animal que ya había recobrado la cordura, giro su cabeza hacia atrás y le lanzó una gran llamarada de fuego a aquel personaje que tan mal lo trataba y lo dejo churruscado y desconcertado, en ningún momento hubiera esperado el ataque del fuego del dragón e instintivamente para protegerse soltó sus manos de las alas donde iba sujeto y asió con todas sus fuerzas el saco donde llevaba su tesoro robado. El dragón no le iba a permitir salirse con la suya y con un movimiento rápido se balanceo a un lado y a otro y el malvado ladrón fue a parar con sus huesos contra un enorme árbol que se cruzo en su camino a tiempo, para no terminar espachurrado en el suelo para siempre.
Mejor suerte tuvieron las semillas del saco, al abrirse un boquete quemado por el fuego, las semillas se esparcieron gracias al viento por toda la montaña y sus alrededores.
Antes de desaparecer de aquel entorno, el dragón vio un gran fuego y como los dragones tienen algo de magia se elevó hasta el cielo volando y engancho en sus alas un par de nubes que estaban muy cargadas de agua y tiro de ellas hacia abajo, cuando estuvo sobre aquel enorme fuego zarandeo las nubes y estas descargaron todo el agua que llevaban dentro y el fuego se extinguió en pocos minutos, las mujeres viendo lo que acababa de hacer el dragón por ellas, le quedaron muy agradecidas, aunque en realidad también estaban desconcertadas, él había sido el causante de aquel gran fuego y ahora les ayudaba a extinguirlo, pero dio la casualidad que en la cola del dragón había quedado enganchada una de las hojas de aquellas hierbas que anulaban su voluntad y con tanto movimiento la hoja se desprendió y fue volando lentamente haciendo círculos hacia el suelo, Laura la vio como descendía y se aproximo para recogerla cuando estuvo a su alcance, llamo a sus compañeras y se la enseño.
-¿Sabéis que quiere decir esto?-
Las demás mujeres la miraron y asintieron, también conocían aquella hoja y para lo que servía, no hacía falta ser muy listos para darse cuenta que alguien se había aprovechado de la situación, conocía el efecto de aquellas potentes hierbas y había tenido dominado al pobre animal bajo su influencia para anular su voluntad.
Laura hizo un gesto con los brazos pidiendo al dragón que bajara, en realidad no sabía si entendería su petición o no, pero se quedó muy sorprendida cuando el dragón hizo un círculo en el cielo y con majestuosidad, se inclino y en unos instantes se encontraba en el suelo muy cerca de ellas, un pequeño murmullo circulo entre las mujeres, de cerca era impresionante ver lo grande que era, claro que ninguna excepto Laura se atrevió a aproximarse al dragón.
Realmente era enorme, pero sus ojos le demostraban que no les haría ningún daño, cuando Laura estuvo tan cerca que podía tocarlo, el dragón coloco sus alas de forma que parecía una rampa, Laura comenzó a hablar con el dragón como si la entendiera, le pregunto si el motivo de bajar sus alas era porque estaba cansado, un leve movimiento de su cabeza negándolo le sorprendió.
-¿Puedes entender lo que digo?- Dijo Laura, pero enseguida le pareció una tontería lo que acababa de preguntar.
El dragón hizo un gesto afirmativo con la cabeza.
-¡SI! Es verdad que entiende lo que le digo-, dijo gritando a las otras mujeres, -¡vamos acercaros que no os va a comer! Necesitamos saber que es lo que pretende, quizás quiera enseñarnos algo, o ir a algún lugar o darnos un paseo por los aires- dijo Laura riéndose, el gesto otra vez afirmativo del dragón le hizo entender que estaba en lo cierto y sin más, la mujer utilizo la rampa tan original que tenía para subir y colocarse sobre el lomo del dragón, era tan grande que podía celebrar una fiesta encima del dragón, pensó Laura divertida, pero el dragón no se movió.
-Creo que esta esperando a que vosotras también os subáis-, les dijo a las otras mujeres, -¡nunca habéis tenido una aventura semejante! No me digáis que os la vais a perder.-
Dicho de aquella manera parecía divertido, así que sus compañeras fueron quitando el miedo y comenzaron a subir, cuando estuvieron todas dispuestas el dragón se elevo suavemente y sobrevolaron la zona donde vivían, ver el bosque desde una altura tan elevada fue maravilloso, todas estaban entusiasmadas, se fueron animando y acabaron charlando por los codos, todas disfrutaban del paseo hasta que el dragón comenzó a dar vueltas en una zona del bosque y las mujeres notaron como el dragón estaba cada vez mas tenso, aterrizó y ellas bajaron rápidamente, Laura les pidió a las demás que buscaran en los alrededores, tenía que haber algo por allí cerca que fuera el causante del cambio de ánimo del dragón, pero, cuando todas se encontraron lo suficientemente lejos, el dragón comenzó a caminar hacia los árboles y ellas se quedaron sorprendidas por unos gritos que escucharon.
-¡Socorro, que alguien me ayude, este bicho inmundo me va a devorar!-
Las voces hicieron que todas las mujeres elevaran sus cabezas y entonces vieron a Marcial que todavía estaba colgado del árbol donde se había enganchado en su caída. Si bien era verdad que el dragón resoplaba con furia con ganas de asarlo, Laura se aproximo a él y lo contuvo, le pidió por favor que lo bajara, tenía otros planes para aquel miserable que, suponía había sido el causante de todos los males del dragón.
Este obedeció y descolgó al tunante hasta el suelo, pero sin quitarle la vista de encima, Laura se alejó un momento de ellos, cuando volvió se aproximo a él y de su mochila saco unas hojas recién cortadas, las sujeto entre si con un cordel y se lo puso al hombre alrededor del cuello.
-Esto es para que pruebes tu propia medicina-, le dijo dándole una palmadita en la espalda, luego se dirigió al dragón, tú no te preocupes que de este truhán nos encargaremos nosotras, gracias por habernos traído hasta aquí, te prometo que va a pagar muy caro todo lo que te ha hecho.
-Puesto que nos robo las semillas, supongo que en un tiempo toda esta zona se llenara de rosales y puedes estar seguro de que este hombre va a trabajar mucho para que todos los rosales estén perfectos y maravillosos-, el dragón se sintió mucho mejor con las palabras de Laura y volvió a extender sus alas para devolver a las mujeres a donde las había recogido, Marcial que en pocos minutos ya no recordaba nada de su vida anterior, las acompaño sumiso y desde aquel día hizo algo que no había hecho nunca, trabajar, para ganarse el pan de cada día.
Puesto que el dragón recupero la memoria, miro a Laura con cariño, ella entendía que se tendría que ir, pero le advirtió que deseaba verlo por allí alguna vez, él asintió con la cabeza y momentos después se elevo hacia el cielo y desapareció, al haber recobrado su voluntad estaba deseoso de volver a casa, bueno a la cueva donde tiempo atrás había dejado a su familia, porque los animales sienten el mismo deseo de volver a estar con su familia que nosotros.
Respecto a la montaña inundada de rosales, se volvió maravillosa, al llegar cada primavera el colorido y el olor de las rosas, atraía a una verdadera multitud de personas, su fama llego a ser tan grande que hasta algún rey que otro se acerco para contemplar tanta belleza, las mujeres ya no tuvieron que esconderse nunca más, ayudadas por Marcial cumplían con su trabajo encantadas.
De una forma involuntaria y gracias al ladrón de rosas, habían creado el mayor jardín del mundo y cuenta la leyenda que de vez en cuando se ve sobrevolarlo un hermoso dragón, se acerca al jardín y se lleva una rosa, lo que no se sabe es a quien se la entrega.
FIN